AMARTE SÓLO A TI

Amarte  solo a ti  Señor,
amarte solo a ti, Señor.
Amarte solo a ti, Señor
y  no volver atrás.

Seguir tu caminar Señor.
Seguir sin desmayar Señor.
Postrado ante tu altar
Y no mirar atrás.

El redescubrir esta letra me ha supuesto un motivo variado. Por una parte "oler" el aroma de la Playa del Médano en los años 1980-1985, en los Campamentos de Jóvenes de la Iglesia Bautista de Tenerife; aún me parece escuchar el rasgueo de la guitarra de parte de algunos amados y queridos amigos del alma que, aunque han pasado ya más de 25 años siguen quedando tatuados indeleblemente en el corazón; aún me parece cargar con David, Roberto, Juan, o cualquiera de ellos, aquellos bidones de agua para el servicio de la cocina y demás; francamente, al releer esta letra me vino a la mente el recuerdo del devocional que teníamos ala noche; fluyen a mi mente las líneas de otra canción del alma que aparece en esta sección, y en uno de cuyos fragmentos dice: "los compañeros que he conocido el alma mía nunca olvidará".
Por otro lado esta letra me lleva a considerar cómo están mis promesas delante de Dios. Como digo, fue una canción que aprendí en ese tiempo inolvidable, pero no menos bendecido que el tiempo presente. Y, claro está, al haber aprendido la canción uno ha hecho esa oración y esa promesa a Dios: "Amarte sólo a ti, Señor... y no mirar atrás". Cuando cantamos algo Dios también nos escucha, y Él graba qué promesas le hacemos. Cada cierto tiempo sería bueno que revisásemos qué tipo de promesas hacemos a Dios y si realmente estamos cumpliéndolas. Dios no da por inocente al que hace promesas y no las cumple; eso, además, dice la Biblia que es toda una insensatez de parte de quien no ha cumplido; por eso, insisto, es importante ir haciendo análisis cada cierto tiempo.
Y, también, me llena de gratitud hacia Dios el haber releído y "re-cantado" (perdón, sé que esa palabra no existe); si puedo seguir hoy el caminar de Cristo, si puedo continuar sin desmayar, a pesar de los incontables ataques de Satanás, es porque el Señor me da fuerzas. Por mi mismo, confieso, hace tiempo habría abandonado seguramente. Creo que la clave para seguir adelante en la vida cristiana, a pesar de las dificultades que hay con tantísima frecuencia es lo que dice casi al final "Postrado ante tu altar y no mirar atrás".  Doy gracias a Dios porque desde que le conocí como Salvador de mi vida en la noche del 23 de abril de 1971 Él nunca me ha dejado, siempre me ha dado fuerzas, me ha dado ánimo; franca y sinceramente, es toda una bendición buscarle y encontrarle cada día al postrarme ante Su presencia.
Jonathan Bernad
SE RECUERDA QUE PARA LA PUBLICACIÓN DE CUALQUIER ARTÍCULO DE ESTA WEB CONSULTAR PREVIAMENTE POR E-MAIL.
www.cristianoimperfecto.com
E-mail:cristianoimperfecto@cristianoimperfecto.com