FLECHEROS"Y fueron los hijos de Ulam hombres valientes y vigorosos, flecheros diestros" (1ª Crónicas 8:40)En medio de una amalgama de genealogías encontramos a esta familia de la tribu de Benjamín. Aparentemente poco se diferenciarían de los demás pero el escritor sagrado nos los destaca. En tu existencia, que quizá se parezca tanto a otras personas, ¿qué destacaría Dios de ti?. Quizá pienses que no, pero permíteme plantearte esta reflexión como un auténtico desafío.Es aleccionador notar que de quien se hace mención es de los hijos de Ulam. Un hogar cristiano no es seguridad de hijos creyentes en Jesucristo pero si de hijos que conocen de Dios. El ejemplo de aquellos hijos fue su padre; de no haberlo sido no se nos citaría a este hombre. Creo que este es el mayor gozo de un padre: que se le reconozca a través de la trayectoria de sus hijos.
Pienso que hoy día se necesitan personas como Ulam; padres y madres dispuestos a enseñar a sus hijos no un credo sino una vivencia; no una teoría cristiana, sino una práctica de Cristo morando en la vida del hogar. A los padres y madres cristianos que leen esta reflexión permítaseme hacerles una pregunta: ¿son ustedes ejemplo a sus hijos?
Igualmente los hijos tienen un tremendo desafío: que sean motivo de sano orgullo, gran regocijo para sus padres. No sabemos el nombre de los hijos de Ulam, pero realmente lo que importa es que fueron valientes y vigorosos, flecheros diestros. No hay mayor orgullo para un hijo que ser motivo de bendición a sus padres. Las diferencias generacionales provocan muchas veces conflictos. La misma vida humana tiene cantidad de problemas, pero ¿sabéis una cosa?, el corazón sigue siendo el mismo que cuando Ulam y su familia. A usted querido internauta permítame que de nuevo le haga otra pregunta ¿está siendo motivo de honra para sus progenitores?.
Recuerdo que hace más de diez años un día una persona me dijo su nombre y apellidos para rellenar un formulario. Su apellido era el mismo que el de cierta persona que protagonizó un triste incidente nacional poco tiempo antes; aquella persona me dijo: "no tengo nada que ver con ese famoso". ¡Qué triste para mi amigo coincidir con aquel renombrado personaje!. Comentando este incidente, tiempo después, con mi progenitor me dio un consejo que procuro aprovechar y poner en práctica toda mi vida: "procura que nuestro apellido siempre sea sinónimo de bueno".
La familia de Ulam es un auténtico desafío a personas imperfectas como usted y yo. Seguro que tuvieron sus diferencias, seguro que no todo era "coser y cantar", pero seguro que son un ejemplo para nuestras familias en tiempos tan difíciles. Padres que son ejemplo a sus hijos; hijos que saben y quieren aprovechar el legado de sus padres.
En definitiva, ¿podrían dedicarse unas gloriosas líneas a nuestra relación, vivencia y experiencia de familia? Solamente dejando que Jesucristo viva en nuestros hogares esto se conseguirá. ¡No existen fórmulas mágicas para arreglar los hogares! Sólo Cristo cambia corazones y hogares.
Jonathan BernadSE RECUERDA QUE PARA LA PUBLICACIÓN DE CUALQUIER ARTÍCULO DE ESTA WEB CONSULTAR PREVIAMENTE POR E-MAIL.www.cristianoimperfecto.com
E-mail:cristianoimperfecto@cristianoimperfecto.com